lunes, agosto 23, 2004

Anhedonia.

No escribo desde el Jueves. Y esto toma visos de un hartazgo.No espero que me pase nada si nada me ha pasado en el fin de semana, tampoco creo que voy a generar nada. Ni tampoco me preocupa. Esta mañana, el Angel, con su cajita metalica de finos instrumentos cortantes y lacerantes, me saco los puntos de sutura de la muela. El dia siguio, igual o peor de insulso.
Salgo a caminar un rato, ya de noche, para despejarme un poco y solo siento una extrtaña liviandad de conciencia, pero que no trae nada bueno consigo: es también aquella tranquilidad de no estar enamorado.
Tengo sueño, un poco de hambre, y permiso para fumar de parte del Angel. Y aunque no me de permiso, al fin y al cabo, ya no la volvere a ver.
Al fin y al cabo, hay mucha gente a la cual no tengo porque volver a ver. Aunque me comprometa hoy, no puedo asegurar que dentro de un tiempo no vaya a cambiar de gente.
Pienso y ensayo todo el tiempo que es lo que voy a hablar en lo del analista. Hasta he pensado en pagarle e irme sin hablar nada.Sé que no le va a gustar. Y qué?
Sin querer he jugado, haciendo trampas, con el tiempo, y me he metido otra vez en el pasado; y aunque me sienta un intruso metido entre tantos chicos de la universisdad en la tarde soleada del parque de la facultad, siento que lo estoy necesitando.
Lo que no estoy necesitando es estar solo, estoy trabajando para deshacerme de eso.
Pero para ello necesito solidaridad.
Entonces...No sera que yo no soy solidario?
En ese sentido, despues de tanto por lo que he pasado, me parece que lo mejor me lo estoy guardando para mi.
Recapitulo, vuelvo a leer todo: no se me entiende nada.
No me interesa que se me entienda. O que no.
Ya ni se que me interesa.
Ni Ella.
Ni ellas.
Ni el éxito, ni el amor.
Ni quién.
Ni yo.
Ni ninguna estúpida enumeración de cosas imposibles.
En realidad hoy sólo habia para contar de esta perfecta anhedionia.